Reinventando la sanidad privada a través de Internet

BonoMédico ofrece facilidades económicas a los ciudadanos y a las empresas médicas de España que estén adheridas al proyecto

Ángel, Ladislao y Francisco Ruiz Solanes son tres hermanos malagueños que querían abrir un negocio que cubriera todo el territorio nacional a través de Internet. Contaban con la experiencia de otro negocio anterior, Sanisur, un seguro familiar que consiste en el pago de una cantidad fija al año a cambio de descuentos en el precio de la consulta de algunos profesionales médicos. Para su nuevo proyecto, estos emprendedores querían que todos los ciudadanos españoles tuvieran acceso a la medicina privada, y para ello idearon BonoMédico: una página web que permite al interesado descargarse un bono de 39 euros para una consulta privada, reduciendo así el precio medio, unos 120 euros.

La vigencia del bono es de seis meses y no requiere el pago de ninguna cuota, darse de alta ni de baja, y puede canjearse en cualquier centro médico o especialista que se encuentre en su cuadro médico. Por cada bono vendido, BonoMédico dona un euro a la Fundación Vicente Ferrer.

Por su parte, los médicos adheridos a BonoMédico consiguen entre un 30 y un 40% más que con las aseguradoras, ya que algunas de ellas pagan menos de 20 euros por consulta y más de 100 si el enfermo tiene seguro privado. Actualmente, el listado de los médicos que integran este cuadro asciende a más de dos mil; entre ellos se encuentran el hospital Quirón (Madrid), la policlínica Fisiomed (Salamanca) y el Centro Médico Creu Blanca Pelayo (Barcelona). Además, sus fundadores están ultimando una aplicación de móvil desde la que poder acceder a sus servicios.

Para llevar a cabo esta idea, los hermanos Ruiz Solanes cuentan con varios socios, entre ellos José Amós García-Magallanes, el propietario de una empresa de alquiler de coches con sede en el Aeropuerto de Málaga. Asegura que BonoMédico “es una idea muy potente porque ganan todos: los enfermos y los médicos”. “Nuestro mercado es enorme: millones de personas que no pueden pagar un seguro médico mensual pero que, por distintas circunstancias, pueden necesitar una consulta privada. Ya sea porque le interesa que le vean más pronto que en la sanidad pública o porque quieran una segunda opinión”, añade García-Magallanes.