En nuestro artículo semanal de tu asesoría en Alicante queremos tocar un tema que desde hace unos años es bastante frecuente, la sociedad inactiva. Se trata de una entidad que cesa su actividad económica pero que no ha llevado a cabo su disolución.
Normalmente suelen quedar en una especie de stand by hasta ser reactivadas o liquidadas totalmente, pero queremos explicarte algunos detalles de este caso.
¿Por qué se mantiene una sociedad inactiva?
Para que sea declarada una sociedad inactiva hay que presentar ante la Administración tributaria el modelo 036/037 de la declaración censal de modificación y se debe marcar la casilla “dejar de ejercer todas las actividades empresariales y/o profesionales”.
Además, declararse inactiva no tiene coste, al contrario de lo que sucede en la liquidación y disolución de la sociedad, que hay que desembolsar pagos por la escritura de extinción, acuerdo de disolución, el comunicado a Hacienda, la inscripción en el Registro Mercantil y el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos entre otros.
Desde que la sociedad está inactiva no se puede emitir factura y las facturas de gasto que se reciban no serán deducibles y tampoco deben ser presentadas en las declaraciones del IVA.
A pesar de ello, la sociedad inactiva debe seguir cumpliendo con las obligaciones fiscales y mercantiles, es decir, cumpliendo con los pagos que tenga, realizar e ingresar las retenciones correspondientes, presentar el Impuesto sobre Sociedades, etc., si no se hace se puede recibir una sanción.
Hay muchos pros y contras sobre este tema y desde esta asesoría en Alicante estaremos encantados en informarte en cómo te afecta si es tu caso. Puede que tengas intención de volver a reactivar la sociedad en el futuro o quizá, después de haberlo pensado, proceder a su disolución definitiva, lo que, en cuestión de gastos, a largo plazo sale más rentable.