Hasta hace unos años ni las universidades ni las escuelas de negocio ofrecían un asesoramiento y una formación dirigida a los emprendedores por diferentes motivos
Por un lado, lo que motivaba a las universidades era la formación del estudiante y su labor en una empresa y, por otro lado, los másters que se ofertaban iban dirigidos a grandes empresarias que funcionan ya desde algún tiempo y lo que necesitan es profundizar en ciertos aspectos de la economía. Todos ellos motivados por ofrecer esta formación en vez de asesor al emprendedor en cómo llevar su proyecto a buen puerto.
Pero en la actualidad, con el gran auge del emprendedurismo y los grandes casos de éxitos que existen de la mano de personas que han decidido arriesgar por un proyecto con el que llevaban tiempo soñando, la perspectiva ha cambiado dando un giro de 360º. Ya es habitual encontrarnos con cursos, eventos, jornadas y másters que coinciden en su objetivo de motivar al emprendedor dándoles las pautas y el asesoramiento que necesitan para llevar su proyecto hacia delante. Es más, cada vez existen más certámenes de premios para recompensar la iniciativa por parte de los emprendedores y nuevas plataformas para la financiación o para la organización de reuniones a través del networking para ofrecer todo el apoyo necesario.
Todas estas ayudas a ampliar el conocimiento en determinadas áreas imprescindibles para emprender tienen una gran carga teórica pero, sin duda, se incide mucho más en aplicar estos conocimientos al proyecto real que éstos quieran desarrollar. En muchos casos, o ya tienen un proyecto en marcha o necesitan el último empujón que les anime a arriesgar por su proyecto. De todas formas, lo que estos emprendedores necesitan es reforzar la idea de negocio que tienen planteada y obtener un asesoramiento en elegir la mejor manera de conseguir el posicionamiento que necesitan para llegar al éxito en su negocio.
Algunas de las ideas que ya están cambiando en las universidades y en los centros de negocio que ofrecen estas ayudas son:
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Las pymes no están al mismo nivel que las grandes empresas: cuando las pequeñas y medianas empresas dicen avanzar necesitan un plan de empresa adaptado a su situación y éste no es equiparable a un plan que pueda estar llevando a cabo una empresa que ya está totalmente consolidada en el mercado. A menudo, se animaba a seguir los planes de empresa utilizados por estos grandes empresarios y las empresas que estaban empezando o que simplemente no se encontraban al mismo nivel que las grandes empresas, fracasaban en su gestión.
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El presupuesto: los programas de estudio de estos másters y cursos dirigidos al emprendedor cada vez fomentan más sacar adelante un negocio desde el momento que se tiene la idea de negocio hasta transcurridos unos años con el mínimo presupuesto posible. Es un punto importante dado el presupuesto del que puede disponer un emprendedor a priori.
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Práctica y colaboración: este punto va a colación de lo que hemos comentado anteriormente. El funcionamiento de estos estudios se están enfocando a organizar actividades donde los emprendedores tengan la posibilidad de establecer relaciones con personas que están en su misma situación independientemente de la naturaleza del proyecto que quieran desarrollar para que, de esta manera, se llegue a posibles colaboraciones en el desarrollo del proyecto de ambos. Una vez más, queda patente la importancia de la práctica en los estudios relacionados con el emprendedurismo.