El emprendimiento individual junto a formar parte de una comunidad de coworking es una práctica empresarial que cada vez es más habitual
Trabajar como autónomo o freelance, es decir, a través del emprendimiento individual, tiene sus pros y sus contras. Una de las ventajas principales es que te mantienes al margen de la tensión que puede ocasionar ceñirte a los objetivos y a las exigencias de una empresa ya que el fin primordial de tu trabajo será cumplir esas expectativas. Por el contrario, te expones a la falta de contacto y a la notable dificultad de obtener ayuda de los demás compañeros porque emprendiendo solo no tienes esa posibilidad.
Pero, desde hace tiempo, cada vez se apuesta más por el emprendimiento individual con la combinación de ambas experiencias: el emprendimiento individual y colectivo. Con esta combinación nos referimos a potenciar el coworking. Ya hemos hablado en algún que otro post de lo que esta modalidad de trabajo compartido supone y las innumerables ventajas que puede aportar al emprendedor que decide participar junto con otros emprendedores gracias al coworking a través del trabajo compartido.
El primer aspecto a tener en cuenta de las ventajas que da el coworking es la comodidad de tener siempre a tu alrededor a personas que te puedan echar una mano en algunas materas que puede que no controles y al mismo tiempo, ayudar tú en las que domines. Con este trabajo compartido, el emprendimiento individual que llevan a cabo varios emprendedores ofrece intercambio de conocimientos, generación de proyectos, acuerdos y relaciones con empresarios de tu mismo sector, etcétera.
Aunque el coworking esté enfocado a aquellos que deciden apostar por el emprendimiento individual, no todos tienen porque ser emprendedores. También pueden ser empleados o trabajadores de alguna empresa pero que están acostumbrados a trabajar desde casa. Sin duda, compartir su labor empresarial con otros empresarios va a potenciar el intercambio y de éste, surgirán experiencias muy positivas.
Entre los beneficios del coworking podríamos señalar:
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Apertura: de esta manera haces que tu proyecto tenga una mayor proyección y esté abierto a nuevas ideas y modificaciones a través de las relaciones con el resto de coworkers.
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Comunidad y Colaboración: es la principal característica del coworking.
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Ganar: y con este beneficio nos referimos no solo a obtener un rendimiento económico sino a lograr tus metas empresariales.
Por lo tanto, lo que necesitamos para que el coworking, el trabajo compartido que cada vez se está convirtiendo en una práctica más habitual, se asiente definitivamente es cambiar el chip de trabajo. Aunque el emprendimiento individual se traduzca en una competitividad extrema, trabajar con tu comunidad y la colaboración que se puede generar de esto, dará muy buenos resultados. Simplemente será un valor añadido a tu proyecto que te hará más sencillo lograr el éxito que buscas.
Puede ser que el hambre se juntara con las ganas de comer y que el coworking apareciera como solución a la crisis ya que compartir un espacio sale bastante más rentable pero, poco a poco, son muchas las ventajas que se adhieren a este ambiente de trabajo y por ello es comprensible ver como se está consolidando. Se trata de un lugar donde compartes gastos, recursos y mantienes contacto con personas que normalmente están en tu misma situación y, a priori, estos ya son puntos clave para que la relación entre la relación de una comunidad de coworking sea fructífera.
La premisa sigue siendo el emprendimiento individual con la simple distinción de trabajar rodeado de personas con algún lazo empresarial común. Por ello, el coworking solo puede hacer que te enriquezcas de las infinitas posibilidades que puede ofrecer.
¿Qué te parece el coworking? ¿Desarrollados tu trabajo en alguna de estas comunidades? ¿Qué beneficios crees que puede aportar el trabajo compartido?