Ser emprendedor, ¿una cuestión de aptitudes o de conocimientos?

¿Para empezar la aventura como emprendedor y crear una empresa propia hay que tener ciertas aptitudes innatas o bien son conocimientos adquiridos por la experiencia?

“Por un lado, hay una actitud básica de curiosidad, de inquietud interna que no todos tienen. Pero también es cierto que estas cualidades se desarrollan y potencian con las ganas de aprender y hacer algo distinto a lo que se hacía hasta un determinado momento o circunstancia de la vida. Creo que se puede ejercitar la actitud emprendedora como se ejercita un músculo y que todo esto se va aprendiendo en el hacer mismo.” Inés Arribillaga, de Mujeres de empresa.

“El emprendedor no nace, se hace. Suena a excusa cuando alguien argumenta que “no es emprendedor”, o que “no es creativo”… En todo caso, no ha desarrollado dichas capacidades. Pero se puede aprender a emprender, del mismo modo que se puede aprender a innovar, se puede aprender a investigar o se puede aprender cualquier cosa en la vida. Si el emprendedor “naciera”… ¿cómo se justifica entonces que existan sociedades con una tasa de emprendimiento muy baja, y otras con una iniciativa emprendedora estratosférica?”  Xavier Ferras 

Después de conocer éstos y otros testimonios de emprendedores exitosos, podemos ver que se equiparan los dos rasgos: los propios de la persona junto con los aprendidos. Esta complementación es la base para convertirse en un buen emprendedor. Al contrario de lo que se pueda pensar, el éxito empresarial no se equipara con las circunstancias en las que se desarrolle el negocio: el éxito depende de la experiencia y la personalidad del emprendedor, que junto con los conocimientos en el campo de trabajo en el cual la empresa se va a desarrollar, constituyen las herramientas necesarias para iniciar un negocio y mantenerlo con éxito.

Aptitudes necesarias para ser un buen emprendedor
En primer lugar, la autoconfianza: el emprendedor debe creer en sus posibilidades y sus capacidades para prosperar y crear una vía empresarial que le ayude a alcanzar sus metas. Esta confianza debe transmitirla tanto a sí mismo como al personal contratado que también componga su empresa. 

  • Creatividad: una persona emprendedora debe ser creativa tanto por la puesta en marcha de sus ideas como para ser capaz de transformarlas si la situación lo requiere. También incluye la pasión por la adquisición de nuevos conocimientos, aprender nuevos idiomas o ejercicios e cursos que permitan no estancarse en el conocimiento del campo de trabajo.

  • Poder de liderazgo: cuando se tienen a empleados trabajando en nuestra propia empresa, el mercado está en constante movimiento y el emprendedor debe adaptarse a las necesidades que requiere en cada momento. No hay que temer las nuevas tendencias que se corresponden con la empresa: la única manera de mantener la empresa es conocerlas de primera mano y renovarse a ellas.

  • Capacidad para asumir riesgos: emprender un proyecto empresarial conlleva unos compromisos que hay que asumir. Cada dificultad o imprevisto que surja hay que saber sobrellevarlos sin obsesionarse con ellos.

  • Conocimiento interno de una empresa: si la empresa está compuesta por distintos departamentos cuyo trabajo no corresponda directamente con las tareas del emprendedor, éste debe conocer el trabajo que se realiza en cada una de las áreas.  

 

En definitiva, aunque se tengan las aptitudes necesarias para arriesgarse a ser emprendedor, es necesario “aprender a emprender” y averiguar todo lo necesario para que tu proyecto consiga ver la luz y, finalmente, sea un caso de éxito. 

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